Wednesday, August 20, 2014

La Rosa de los vientos


Cómo siempre la opinión de Ixa fue  demoledora: Al Norte del Corazón. Ja. Sí, como novela barata de Televisión.
Solo que ahora también es certera. Es justo al norte donde tengo el corazón...mi vida apunta al norte, porque de ahí vino lo que me hizo recobrar un poco la esperanza...he caminado hacia allá casi con los ojos cerrados, dejé REFORMA...(cuyo origen viene del Norte), con ganas de seguir avanzando...quizá también hacia el norte, aún no lo sé. 
Lo cierto es que tener presente punto cardinal me gusta...quizá no es tan bonito o tan correcto pero a mi me hace pensar en que hay un camino...y en que no he errado en elegirlo...

Tuesday, June 24, 2014

De Ibargüengoitia a la maternidad.


Siempre he rechazado la idea de que la vida es cíclica, esa teoría de que hay que cerrar ciclos me parece  absurda, pero sí concedo que quizá puedas escribir tu historia a través de capítulos, siempre entrelazados  hasta la última página del libro, así, hilados porque uno siempre sirve para que entiendas el siguiente.
Mis amigas de la universidad se indignaron, me han eliminado de sus contactos y han decidido incluso que ya no merezco estar en su círculo cercano. Me duele mucho, pero he pensado que últimamente ya no éramos tan cercanas, aún así me reconocía en ellas. Aún no digiero muy bien lo que ha pasado, pero heme aquí tachando nombres de la lista de amigos a mis 34 años.
No es la primera vez que ser honesta me trae problemas, es cierto, tampoco es la primera vez que les digo lo que pienso. Me enojé de que en su foro particularmente en ese momento mi opinión fuera catalogada como una mamada por no ser “correcta” o por ser “pasional” o “radical”, defendí lo que pensaba y creí ingenuamente que en esa defensa férrea que hice podía juzgar sin problema a una de ellas. Me equivoqué, al parecer la tolerancia no es virtud y Villoro está equivocado hay quienes no convergen con la idea de que el éxito de la amistad radica en tolerar carencias y no exigir virtudes.
Hay muchas cosas que sigo sin entender, el salirme del foro y luego indignarme públicamente (aún sopeso si fue una mala decisión, puedo decir en mi defensa que ya estaba fuera del foro y aún seguía enojada, aún así nunca dije en ese post nada personal en contra de alguna…sino en general lo mucho que me había molestado la censura y su idea de hacer un foro de mamás en el que yo no estuviera incluida) encolerizó a otra de ellas,  supongo que con el enojo atravesado me escribió un mensaje en tono iracundo que cuestionaba mi baja autoestima y mi manera de tratar a Romualdo….sí, nunca entendí hasta poco después qué tenía que ver.
Las otras dos no me dieron concesiones y aunque yo intenté buscar a una de ellas, me evadió con un simple “luego hablamos” que ya no sucederá, ni espero que suceda, me sorprendió su cobardía, pero tal vez a estas alturas ni eso deba sorprenderme.
El tiempo lo enfriará todo, el tiempo pasará y las cosas nunca serán las de antes, por eso no me gusta pensar en ciclos, porque la vida pocas veces da segundas oportunidades.
Anoche no pude evitar el llanto y entonces recordé cómo nos hicimos amigas. Tras la lectura del libro Las Muertas de Jorge Ibargüengoitia y ya siendo un grupo a alguien se le ocurrió que podría apodarnos Las Poquianchis, ese mote ha durado casi 14 años.
Entonces caí en la cuenta de que he sido una muy mala amiga, pero nunca lo he hecho de manera intencional.
Ahora me doy cuenta que quizá a Ale no le dije nunca la emoción que me dio la primera vez que nos dijo que había encontrado trabajo. Me acuerdo que entonces iba a ganar 7 mil pesos que a mí se me hacía un dineral. Recuerdo que estábamos en un Sanborns del centro y que al llegar a mi casa mi corazón latía porque ella había encendido mi esperanza, me alegré tanto porque me parecía que se lo merecía…Años después tuve la misma sensación cuando un día en el que no estaba tomando nos confirmó que era porque estaba embarazada, nunca la imaginé de mamá y me dio una sorpresa positiva, creo que no lo sabe pero nunca, nunca pensé mal de ella por aquella decisión, por el contrario, me pareció arriesgado y valiente.
Sin embargo, nunca la fui a ver cuando tuvo a sus hijos, también he faltado a sus cumpleaños, no atiné qué decir cuando  murió su abuela y me he perdido casi todos sus momentos felices…Aún así siempre la he admirado, hay cosas que no me parecen de ella, pero que no han impedido que la quiera.
Con Mariangel tenía quizá un lazo más fuerte. Estuvo ahí en el parteaguas de mi vida (mi relación con Ramón)  y ha sido mi cómplice y compañera, incluso me conoce más de lo que yo misma me conozco. A veces no entiendo su forma de ser, sobre todo últimamente, su empeño en encajar y su afán por mostrar sus diferencias de manera sórdida, que la hace rayar en contradicciones pero eso tampoco impide que la quiera de manera honesta.
Tampoco la fui a ver cuando se enfermó en el nacimiento de Elías, no estuve cuando Enrique, ni la he ayudado cuando ha necesitado. Nunca le he dicho lo de buenas que me pone escucharla y que me encantan sus ocurrencias, tampoco le he dicho que hay escritos que no me gustan de ella, pero que me admiro de su seguridad para asumirse como es.
No le he dicho que me llena de orgullo como sortea las batallas citadinas, ni que la imagino con su armadura  empuñando una lanza con la mano alzada, sí, como una guerrera. Aunque ahora ya no tenga sentido tampoco le he dicho que siempre he pensado que detrás de su afán por ser impenetrable en cuestiones del amor, pienso que ama como ninguna de nosotras sabría hacerlo y eso me hace admirarla…Ahora me gustaría decirle que deje de agobiarse, que se queje menos y que disfrute más.
Ya no voy a justificarme de lo de Elías porque desde el concierto le dije que era una idea muy drástica, pero en fin…Si ella necesita una disculpa segura estoy que un día se la ofreceré de corazón, si eso es lo que quiere, pero hoy no.
Con Raquel quizá nunca he estado tan conectada. Recuerdo que ella siempre ha pensado que yo me siento más que los demás, sobre todo en el plano profesional y sobre todo por mi particular punto de vista sobre el periodismo de espectáculos que siempre he relacionado con la frivolidad. No es así, aunque en Crónica con toda inmadurez pude pensar eso, estando en REFORMA cubriendo el aeropuerto me di cuenta que no era cosa sencilla.
No fui a su boda porque no me invitó me acuerdo haberme sentido igual de ofendida pero al tiempo ni siquiera me acuerdo bien por qué no me invitó y francamente ya no pienso en ello, de todos modos nunca nadie me invita a sus bodas ja, seguro es porque ni me gustan las fiestas de ese carácter.  No he estado cuando nacieron sus hijos, no he estado en los cumpleaños, ni en los días de muertos, ni en navidades, es más ni siquiera conozco su casa.
Pero lo que ella no sabe es que siempre que la vi en televisión la presumí a mi mamá…”Ella es mi amiga Raquel” suelo decir cada que escucho alguna de sus cápsulas en TV Azteca.  Tampoco me gusta cuando sufre por Rogelio y le he dicho tal vez de manera incorrecta que es un tipo que no sirve para mucho y eso es solo porque me gustaría verla feliz y si me preguntan tiene un dejo de nostalgia que no termina de convencerme de que lo es.
Ella me sorprendió sé que no somos cercanas y sé que ella sabe que yo ya no la veo en el face, porque me eliminó, pero por azares del destino descubrí que decidió depurar amigos….entre los que estoy yo. Es triste que aunque le envié un mensaje no tuvo la valentía de Ale de contestarme…tal vez no tenía nada qué decir o simplemente fue un acto de cobardía como dije.   
De Brenda sé muy poco aprendí a quererla como a las otras cuando comenzó a llevarse con nosotros, la asumí como amiga porque era amiga de ellas, creo que nos hemos quedado dos o tres veces solas en alguna reunión y nuestras pláticas se reducen a y ¿cómo te ha ido? Aún así me cae muy bien, me gusta que sea tan diferente, tan en sus ondas. Quizá nunca me haya considerado su amiga y por eso también me bloqueó, pero en realidad también me duele, quizá nunca le digo que a mí me parece que Fausto es muy especial porque ella lo es, como de esos seres humanos rarísimos que vinieron a embellecer el mundo con su rareza, como mi sobrino Andy. No sé, quizá tampoco le he dicho que siempre he notado honestidad en sus ojos y que eso me gusta de ella.
De Ixa no tengo mucho que decir solo que lamento no haber estado más cerca cuando lo de Enrique…ella rompe todos mis esquemas…es la mejor madre que conozco, la mejor amiga, a veces siento que es mi hermana perdida en el tiempo, a veces paso muchìsimo tiempo sin verla, sin saber de ella…(aunque últimamente el face ayuda al contacto) y de pronto nos encontramos a platicar como si nos hubiésemos visto ayer…no soy muy de demostrar mi afecto pero amo ver crecer a Fátima, la inteligencia que demuestra me conmueve hasta los huesos y sé que es fruto del esfuerzo de Ixa y  hasta me siento orgullosa. Aunque ella no quiera estaré siempre ahí, y sé que ella estará siempre conmigo. Me ha aceptado como soy, me ha juzgado duramente cuando es necesario, me ha criticado, me ha ayudado a cambiar de opinión sobre algún tema aunque yo me obstine en pensar lo contrario. Ella se mantuvo al margen de lo que pasó aunque su postura se acerca a la mía sé que no dejaría de apoyar a las demás porque las quiere, siempre ha sido así.
Mientras voy camino a buscar una sobredosis de amor maternal para que esta tristeza deje un poco de cercenar mi corazón añoro los años pasados, aquellos días en que reíamos sin parar, en que bebíamos cerveza mientras conquistábamos el mundo, en que hablábamos de sexo o nos dábamos consejos que aún tomábamos en cuenta. Si me preguntan no sé en qué momento se rompió todo, en qué momento tocábamos melodías distintas y cuando intentábamos de vez en cuando escucharnos juntas todo se sentía tan discordante.
En fin, hay heridas que el tiempo no cura, por más que nos esforcemos, hay cosas que nunca vuelven a ser como antes.  Todavía hay algo que no entiendo…en su percepción yo hice público mi enojo aunque no me referí a ninguna de ellas en particular, sino a un hecho general de censura. Además de provocar su enojo parece que cometí un crimen fatal, lo que no entiendo fue lo que vino después….me hablan de escarnio y Mariangel puso que es mala madre (haciendo alusión al comentario que hice) pero que no es mitómana y amarra navajas solo por no estar sola. Francamente nunca en ningún otro momento me he sentido menos sola, así que si su intención fue dirigida lamento decepcionarla en el punto, no estoy terriblemente sola.  A ese post siguieron los comentarios de Raquel y su  anuncio de la hora de bloquear una amiga…Ellas tomaron como ofensa los comentarios de mis amigas, que dicho sea de paso ni siquiera saben de qué estaba hablando ja. Ni siquiera las conocen…entonces no puedo evitar preguntarme…Si eso no es escarnio ¿Cómo se llama? Si es no es juzgar severamente ¿Cómo se llama? ¿No hicieron al final lo mismo de lo que se quejan?
Es triste, pero en mayor medida solo deseo que un día todo esto sea  una anécdota más y que aunque las cosas nunca sean iguales, todo pase como un capítulo no muy alegre para entender otro que venga. Espero que haya un día suficiente honestidad para que reconozcamos errores y sigamos adelante…Casi siempre he pagado mis errores, algunas veces con un precio muy alto y otras la verdad la vida me los ha perdonado…no sé que tan bueno sea para ellas que yo sea una mala persona, sólo sé que ellas para mí a pesar de todo no lo son. Que el tiempo haga lo suyo y que juzgar tan duramente me haya enseñado una lección. Esto es lo último que hablo sobre el asunto, como le dije a Chabe hoy me siento bien de saber que hay personas que siempre a pesar de todo confían en mí, incluso más de lo que yo misma confío y que siempre de mi madre  vendrá una palmada de aliento, una palabra de esas que reconfortan, que consuelan…al final seguiremos escribiendo aquella historia…que empezamos con Ibargüengoitia y terminamos cuando la maternidad llegó y yo...tuve el atrevimiento de juzgar esperando convencer… 

Thursday, June 19, 2014

Quise escribir sobre mi paso por Reforma. Tengo ocho años atorados en la garganta, punto final.

Friday, September 7, 2012

¿Acaba el amor o solo no existe?




Por fin una vez concluido este proceso electoral que ha dejado en quienes seguimos confiando en un mejor país, el agrio sabor de mirar como sin pudor los magistrados avalaron una elección plagada de denuncias e incertidumbre sobre la compra de voluntades y conciencias,  por fin, decía, me siento a escribir otra vez solo porque como Saramago dijera, siempre puede uno llamar a la puerta del cuaderno, porque es el lugar en el que mejor se siente expresarse. 

Dicho pues,  mientras la vida regala a una hermosa niña la madurez que la convierte en mujer y que me deja a mí estar cerca de su querida madre que es mi amiga y mientras mi otra querida amiga M debate en su interior con el placer  de poder decir no al amor, asumiendo sin saber el temor que esto significa de estar echando a la suerte lo que se creía extinto.  Mientras mis hermosas amigas acomodan sus cartas,  sufren y son tan fuertes que pueden reír de ello como para cortarse las venas con galletas saladas, mientras van y vienen en la esperanza, en la rutina de ser madres, amigas, esposas, amantes, en fin de ser muchas mujeres en una, mientras todo eso ocurre a mí solo me salta la duda de si el amor perfecto es como la democracia perfecta: inexistente a pesar del incesante esfuerzo por encontrarlos no llegan a ser nunca lo que esperamos. 

Pienso entonces si el amor se acaba o si es que solo mal llamamos amor a la compatibilidad que no encontramos fácilmente, a la cómoda sensación de unos brazos que nos regalan una estela apenas fina de paz y tranquilidad, de unos besos que nos dan seguridad, protección y hasta por qué no que derivan en orgasmos que uno de pronto quisiera eternizar.

A estas alturas con rupturas a cuestas, con pensamiento de machín (dijera mi amiga ) con cicatrices coleccionadas, con caídas que dejan el orgullo herido, con egos alimentados por el puro placer, con aventuras que nunca conté y con mil y un pensamientos que nunca descifraré sigo creyendo que no sé nada sobre el amor, incluso no sé siquiera si se está mejor con él o si se vive bien sin él 
Sé que me ha asfixiado, pero sé que no me ha matado, como dicen los que hallan paz en su Dios crucificado, como vivir de la misericordia de alguien que nunca nadie ha visto, pero del que necesitan saber para alimentar el espíritu. 

En eso, ando pensando, caminando por las calles de esta caótica ciudad, cuando Leslie se convierte en huracán, como si no supiera que yo hace mucho pasé de ser mera depresión a un huracán con todo y esas pérdidas que voy dejando a mi paso. 

En eso ando cuando me detengo a leer un articulo del diario El País. 
"El fin del amor romántico hacia la pareja es una experiencia tan triste como, según las estadísticas, frecuente. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2010 se rompieron 110.321 matrimonios. Es decir, unos 300 al día. Y no se cuentan las rupturas de parejas que no pasaron por el altar o el juzgado. Otro dato: el 25% de las personas de entre 19 y 39 años afirman sentirse menos enamoradas desde que se casaron, como se refleja en el informe Matrimonios y parejas jóvenes. 

 ¿Malos tiempos para el amor romántico?
“Ya no siento lo mismo que al principio”, “me ha sido infiel”, “la quiero pero no estoy enamorado”, “me he enamorado de otra persona”, “ya no lo aguanto”… Motivos para que una pareja se rompa, hay muchos. Aunque seguramente el más frecuente sea el fin del amor para, al menos, uno de los miembros de la relación. Cuando dos personas se sienten atraídas y empiezan a enamorarse, “todo viene dado, no hay que hacer nada, sólo sentir”, explica Anabel López, psicoanalista del Espacio Psicoanalítico de Barcelona. 
En la etapa de enamoramiento predominan la pasión, el sentimiento de que la otra persona nos colma de felicidad, las ganas de estar siempre en su compañía... Pero, como señala Isabel Menéndez, psicoanalista y autora del libro La construcción del amor, "enamorarse es disfrazar al otro con lo que nosotros necesitamos. Y eso es un engaño que nos hacemos y una exigencia al otro que es intolerable”.
Pero qué duda cabe de que enamorarse sienta de maravilla. “Cuando nos enamoramos, nuestro organismo segrega más adrenalina y noradrenalina –explica Luis de Rivera, psiquiatra y director del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática–, hormonas que promueven la búsqueda del contacto físico. Y ese exceso hormonal puede durar como mucho dos o tres años”. Cuando ese subidón hormonal empieza a remitir, algunas personas echan tanto de menos esa sensación maravillosa que prefieren empezar de nuevo. Pesa más el deseo de recuperar ese chute neuroquímico que las ganas de seguir con la pareja.
Así que esa fase de enamoramiento acaba. Y debe acabar. Antes o después, hace acto de presencia la realidad. La fantasía de que el otro es perfecto cede, “y empiezas a ver sus limitaciones”, explica Isabel Menéndez. Algunas personas, cuando sienten que ese enamoramiento es menos intenso, se frustran y deciden poner punto final a la relación. En algunos casos, el amor no daba para más. Pero en otros, “ese fin del amor se debe a una creencia errónea: que el otro te debe colmar siempre, que no te puede frustrar”, apunta Menéndez. Cuando el príncipe azul o la mujer diez empiezan a ser impuntuales, perezosos, algo vulgares o, simplemente, personas normales, con sus luces y sus sombras, sus virtudes y sus limitaciones, las mariposas en el estómago no son tan frecuentes. La realidad ha hecho acto de presencia"

Entonces pienso en que todas tenemos algo de razón...cuando leo la frase final del artículo: 

"¿Es posible desenamorarse voluntariamente? “Sí, pero cuesta y es doloroso”.

Luego entonces reflexiono que es posible enamorarse tambièn voluntariamente, todos los días, todas las noches, todos los momentos que podamos tener...habrá entonces que elegir bien...porque ya sabemos que va a doler. 

Al final mi amiga y su hija amarán la vida que les ha ido regalando instantes juntas, se reconocerán la una en la otra siempre por el resto de sus días, porque aunque no han elegido ser madre e hija, la madre sí ha elegido expresarle todo el amor que es capaz de acumular. Luego, entonces por eso es quizá la mujer que más enamorada está de su hija para repetir siempre que vino al mundo para ser la madre de Ana, con un convencimiento, terriblemente honesto como casi nunca lo he oído en mi vida

O mi amiga M que al final se mira más feliz enamorada de un hombre que la agobia por ratos, como cuando se le niega a eso que mal llaman amor, la posibilidad de entrar de lleno en la vida de uno, como quien evita que se le lama una herida, pero si busca un refugio en el que se le abrace. Al final habrá siempre de comprender que su individualidad no tiene dueño, que es y será la escritora irredenta y dicen por ahí la mujer insaciable...digo, incansable ja. 


van y vienen estas historias de amor y entre mi depresión postelectoral a mi me da la gana seguir  creyendo que primero es necesario entender que el amor nunca es pertenencia y por el contrario la libertad siempre nos puede ayudar a decidir què es lo que amamos y còmo lo amamos. 




Wednesday, January 11, 2012

Johny, la gente está muy loca.

Antes de comenzar debo decir que es posible que mis tripas influyan en lo que voy a escribir, porque traigo el enojo en la panza.

Con la lectura del último libro “Psiquiatras, Psicólogos y otros enfermos”, regalo preciado de mi querida amiga Isabel, me di cuenta que soy lo suficientemente infeliz como para sentirme excelentemente bien.

Me di cuenta que la gente siempre quiere más de lo que tiene, más de lo que necesita, más de lo que espera, más de lo que se merece, más de lo que da, más de lo que recibe, pero poco hace para obtenerlo o cuando lo obtiene ya no le apetece más. En fin, que quizá la insatisfacción sea el modo más común de vivir o más cómodo.

Yo, por ejemplo, tengo mucho más parecido con el protagonista de la novela, del que quisiera. Tengo un amor imposible, pero no imposible porque no pueda tenerlo o algo así, sino todo lo contrario, como en la película El Ángel Exterminador de Luis Buñuel, aunque no haya obstáculo tangible que impida que sea fructífero, resulta verdaderamente tortuoso casi todos los días.

Debo ser completamente honesta y decir que pasé de ser la cabrona (con mayúscula) a ser la cobarde aguantadora de insensateces, celos, minucias que terminan en tragedias, reclamos a manos llenas, demoledoras confesiones y así una interminable lista de putadas (casi) todas insignificantes…lo increíble es que sigo ahí, como mirándome desde una ventana paralizada de dar un paso que me haga perder lo poco que tengo.

Ahora comprendo que lo que estaba a mi lado, era algo que cuando era completamente mío no lo quería, cuando lo dejé un rato y vi la posibilidad de que alguien más lo tomara me di cuenta que siempre lo quise, pero entonces ya estaba descompuesto y por más que desvele en intentos por repararlo resulta casi imposible.

Lo que él no sabe, que yo sí sé, es que yo de verdad siento mucho más amor de lo que su barrera,  creada o no por mi (tema discutible) le deja percibir. Sí, le amo, mucho más de lo que hoy, en este momento, soy capaz de amar a otra persona que no sea de mi familia. Que sí me gustaría reír juntos por la vida, para mirarnos mucho tiempo en fin…todas esas cosas que uno quiere de alguien a quien ama.

Pero al mismo tiempo, me amo a mí. Digamos que soy feliz con mi infelicidad, porque aprendí a no estar dispuesta a volver a amar sin reconocerme, sin que el amor me represente una emoción que no lastime, que no duela, y nosotros parece que lo que tenemos es más parecido al amor entre dos maniáticos de atar, hasta masoquistas, que gustan de recomponer todos los días algo que a todas luces ya no tiene camino…aunque haya mucho amor!!!

Creo que ambos estamos locos, pero vamos, creo que toda la gente está loca, en mayor o menor medida y hace su vida normal, llenando el tiempo con pequeñas cosas, pequeñas insatisfacciones, pequeños amores imposibles...entonces respiro y comprendo con tristeza que este amor tiene que acabarse antes de que él nos acabe a los dos…

Con tristeza, sí, he de reconocer que este amor ya más que encuadrar en mi locura está ya en su etapa peligrosa…o explota y renace…o se muere…porque jugar a los locos ya a veces es insostenible, sobre todo cuando lo que sobra es gente loca.

Monday, November 21, 2011

De puteros y reencuentros


Más de 120 kilogramos retozando pesadamente en el blanco sillón de un table dance de insurgentes. Es un hombre que sostiene en una mano un cigarro consumiéndose y tiene la otra en la nalga de una bailarina con diminuta ropa, maquillada hasta el empalago, con la mirada en la pista y con un dejo de nostalgia y aburrimiento notorios a un kilómetro y hasta transmisibles a la vista.
Cuando llegamos a dicho antro, después de un par de horas y de tragos en la popular cantina y birriería “La Polar”, los de seguridad del…(para comodidad mía y entendimiento de todos le llamaré putero, esperando no herir fibras susceptibles) putero nos condujeron a la parte de arriba, donde les tronaron los dedos a dos hombres que disfrutaban con ojos desorbitados y casi jadeantes el espectáculo, para que abandonaran ese lugar, que fue ocupado por nosotros.
Corrieron los tragos, whisky, vodka, tequila, agua mineral, cerveza, lo que quisiéramos, total el hombre regordete a quienes todos rendían pleitesía iba a asumir el costo como acostumbradamente lo hace.
Al verlo dormido, con la puta a lado cayéndose de aburrimiento, sentí un piquetito en el corazón porque me di cuenta que lo que Nacho dice es verdad “ahora veo que el universo es un lugar vacío y cruel, cuando no hay nada mayor que su necesidad en él”.
Bellas mujeres se contoneaban en la pista, con las tetas inmóviles, así encajadas en el cuerpo a fuerza, como un mal amor sin alma, encajado en nuestras vidas, pero de esos que no duele, que sólo sirven para presumir al mundo que amamos, de esos que admiramos de lejos y que nunca sentimos nuestros en realidad.
Pensé en cómo a mí se me movían las tetas incluso apenas me agachaba y eché a reír sola al pensar que el silicón tal vez pudiera ser una protección, como un escudo o algo así en contra del amor, y que en realidad esas mujeres eran cada una en su justa dimensión heroínas y entonces su poder era hacer jadear a los hombres y para eso tenían un escudo peculiar…algo que no era de su cuerpo, pero que sin duda alguna les daba poder. Me gustaba pensar eso.
Así, yo veía el ir y venir de cuerpos sin celulitis, de piernas torneadas, de rostros casi perfectos, de las mujeres que iban luciendo como ninguna miss universo  sus trajes de lentejuelas de los que luego se despojaban, sin ninguna pena, hasta artísticamente, al contonearse en el tubo, en medio de los gritos y silbidos de hombres unos medio borrachos, otros muy borrachos y los más borrachos pero de deseos carnales.
Hombres, hombres, algunos comprobando su mansillada hombría o guardando la decencia que aparentan en el cajón, o buscando un escape al hartazgo de hacer el amor con la misma  mujer o simplemente divirtiéndose admirando mujeres que nunca tendrán en la cama y entonces aprovechaban como niños chiquitos con carros de juguete agarrando tetas y nalgas casi como queriendo tener 80 manos, como si nunca hubieran agarrado una aunque ya tengan 50 o 60 años, así, con los ojos inyectados de lujuria y machismo al mismo tiempo.
Mientras yo miraba absorta y atisbaba cada mesa, cada cliente, cada mesera, cada bailarina, cada cuerpo, el hombre gordo dormía…incluso roncaba, a pesar de los intentos fallidos de la mujer a su lado que le propinaba varios besos entre tiernos y desesperados, mientras daba pequeños sorbos a su copa de vino.
Ahí estaba, el poder y el dinero desparramado en un sillón de putero, a merced de la ternura de una puta, (porque luego me confesó que hacía tres servicios, baile, compañía y sexo) cuya historia esconde con gloria cada vez que entra y cuyo amor debe también guardar en alguna parte, pero que quizá tenga mucho más de humildad que todos aquellos hombres en el bar, que en su cabeza tenían una escena distinta, plagada de vulgaridad.
Todos excepto uno, cuyo hartazgo interrumpió mi momento reflexivo y mi ejercicio visual, para chocar mi copa de whisky con su cerveza y confesarme sin reparo que estaba enamorado de una chica, que todas esas mujeres pueden ser perfectas, pero que la perfecta lo espera al otro día, para vivirla cinco horas.
Entonces me regresó la esperanza y no la de encontrarme un hombre que como dice la Rosenvirger cuide de mí, quiera matarme y se mate por mí, sino, la esperanza de que todavía en la humanidad hay pequeñas manchas de esperanza, de ganas de amar, de ejemplo, de coraje, de ternura, de humildad, de sencillez, de alegría…de todas esas cosas que a veces se antojan lejanas, simplemente porque ya muchos no se toman la molestia de darse cuenta que efectivamente…el sol otra vez ha salido y que mientras eso pase podrá existir todo esto que somos capaces de dar y que escondemos casi con frecuencia para encajar en un mundo que va pudriéndose.
Lo comprobé al día siguiente. Cuando me reencontré con mis amigas, con las mismas, con las del mismo dolor, las de la misma gloria, la misma alegría, esas las que la vida misma no nos deja olvidar, ni perder. De esos reencuentros quiero llenar mi vida.
En la fiesta de pelucas y sombreros de mis amigas, me di cuenta que Mariangel era más alegre y optimista de lo que aparenta, que Isabel es mucho más divertida de lo que cree, que yo soy más aburrida de lo que esperé, que Raquel es más amorosa y madura y que Ale sigue siendo la misma de actitud desparpajada y sencilla, sin mayores complicaciones. Descubrí que al final seguimos siendo las mismas locas que estamos ahí, para siempre, que contamos la una con la otra y viceversa y que seguiremos ahí, reencontrándonos…eternamente.

Thursday, November 17, 2011

De amores cobardes.

"La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar" Silvio Rodríguez.


En 72 horas me conoció, se enamoró, me quiso, me deshizo, me juzgó y me condenó al olvido....ooooohhhh si!!!...mostró su extraordinaria capacidad de resumen e hizo todo eso en ese corto tiempo...y cerró el capítulo, así...como se cierra la página de una historia magnífica, pero cuyo final no nos satisface...un horrendo final, que siempre manda a la mierda el resto del libro, aunque éste sea excelso...un final que deja ese sabor de boca amargo y adusto, que nos hace pensar que hemos perdido el tiempo leyendo semejante mierda.
Sin el toque de un beso o una caricia, me guardó en el cajón de sus historias, sí es que me guardo, sino, quizá hizo lo que se hace con ese mal libro se desecha, se regala o simplemente se olvida.
Por errores absurdos, irrisorios, con la misma ligereza con la que el insoportable de Arjona juzga al amor en sus también insoportables canciones juzgó que no debía estar ahí y simplemente desapareció.
Y entonces pienso yo, si tuviéramos jueces de ese tamaño en este País, estaríamos todos en la cárcel…en el mejor de los casos, en el peor…nos habrían cortado la cabeza!!
Me apachurra el corazón, confiésolo sin vergüenza, por qué yo sí que soy sensible. “Tengo desarrollado mi lado femenino”, dice el hombre… y ahora después de la explicación de mi amiga Isabel compréndolo todo.
Resulta que Femenino el concepto 'femenino' tiene un origen ligado a una determinada interpretación tendenciosa del texto bíblico, que se refería a que solo quienes poseían capacidad de tener fe eran merecedores de la gracia de dios.
Y como se creía que la mujer era un ser incompleto, era incapaz de tener fe completa, luego entonces no merecía la gracia de dios. Ahora entonces entiendo que se trataba de un misógino más del montón de misóginos que dicen no ser del montón.
Aunque a mí me haya dolido todo esto un poquito…me sirve más el diagnóstico certero de mi amiga “hay que dejar de ponerle velas a santos pendejos”.
Creo y siento…yo leí el mismo libro, con el mismo final…y también como dice la Reynolds lo metí en el cajón…de la mierda…ese que hay que cerrar con llave. Como una mala película que se disfruta porque tiene una fabulosa escena que podríamos volver a ver una y otra vez…pero que parece pegada a la cinta…sin ningún sentido.
En fin…en algo sí coincido con él. “Soy más raro que el paraíso”, yo creo que justamente es así, como el paraíso, una puta mentira, un invento…que nadie ha comprobado que existe…porque hasta donde la humanidad sabe, más que la historia aquella de Adán y Eva que nos cuenta la fantasiosa, pero cuestionada biblia, nadie ha pisado jamás el paraíso.
Pero heme aquí…aguantando esos piquetitos en el corazón adormecido, apendejado. De todos modos, yo sigo siendo la misma mujer, inteligente, exitosa, libre y guapa que como dice Mariangel de historias furtivas “está plagada la vida de una mujer que se ha cansado de buscar con poco éxito, mucho cansancio el pañuelo de tela que bordado con su nombre retenga tanto los estornudos, como los mocos y las lágrimas además de todas las humedades”.
Aunque no puedo negar que este fragmento de vida me ha dejado algo…He cerrado bajo llave esas ilusiones de cuento rosa que me hacen perder mi locura jajajaa y que me hicieron acongojarme por un pañuelo cuyo destino iba a ser el cesto de la basura…Total! Prefiero mi locura y mi vida tan llena de intermitencias.
Lo que también es verdad y que le debo, es que me gustó, porque aunque se supone que ya lo sabemos, que es pasajero (sólo se supone) que es una dolencia ante la que deberíamos estar más que vacunados. Como esa gripe galopante a la que toreamos con frenilefina de farmacia similar. Pero lo cierto no hay ungüento ni sedante ante el apocalipsis que hacemos cuando se asoma la primera lágrima.
Lo chistoso, es que cada vez que lloramos juramos que es la última y arden todos los fuegos de Mordor y parece que la paz en la Comarca va a ser calcinada y no importa que sepamos que es pasajero, porque lo sabemos…siempre es necesario apagar ese fuego.
Y al terminar queda otra vez la promesa a uno mismo “Ahora sí he aprendido la lección”. En fin…así fue..una vez más.