Thursday, November 17, 2011

De amores cobardes.

"La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar" Silvio Rodríguez.


En 72 horas me conoció, se enamoró, me quiso, me deshizo, me juzgó y me condenó al olvido....ooooohhhh si!!!...mostró su extraordinaria capacidad de resumen e hizo todo eso en ese corto tiempo...y cerró el capítulo, así...como se cierra la página de una historia magnífica, pero cuyo final no nos satisface...un horrendo final, que siempre manda a la mierda el resto del libro, aunque éste sea excelso...un final que deja ese sabor de boca amargo y adusto, que nos hace pensar que hemos perdido el tiempo leyendo semejante mierda.
Sin el toque de un beso o una caricia, me guardó en el cajón de sus historias, sí es que me guardo, sino, quizá hizo lo que se hace con ese mal libro se desecha, se regala o simplemente se olvida.
Por errores absurdos, irrisorios, con la misma ligereza con la que el insoportable de Arjona juzga al amor en sus también insoportables canciones juzgó que no debía estar ahí y simplemente desapareció.
Y entonces pienso yo, si tuviéramos jueces de ese tamaño en este País, estaríamos todos en la cárcel…en el mejor de los casos, en el peor…nos habrían cortado la cabeza!!
Me apachurra el corazón, confiésolo sin vergüenza, por qué yo sí que soy sensible. “Tengo desarrollado mi lado femenino”, dice el hombre… y ahora después de la explicación de mi amiga Isabel compréndolo todo.
Resulta que Femenino el concepto 'femenino' tiene un origen ligado a una determinada interpretación tendenciosa del texto bíblico, que se refería a que solo quienes poseían capacidad de tener fe eran merecedores de la gracia de dios.
Y como se creía que la mujer era un ser incompleto, era incapaz de tener fe completa, luego entonces no merecía la gracia de dios. Ahora entonces entiendo que se trataba de un misógino más del montón de misóginos que dicen no ser del montón.
Aunque a mí me haya dolido todo esto un poquito…me sirve más el diagnóstico certero de mi amiga “hay que dejar de ponerle velas a santos pendejos”.
Creo y siento…yo leí el mismo libro, con el mismo final…y también como dice la Reynolds lo metí en el cajón…de la mierda…ese que hay que cerrar con llave. Como una mala película que se disfruta porque tiene una fabulosa escena que podríamos volver a ver una y otra vez…pero que parece pegada a la cinta…sin ningún sentido.
En fin…en algo sí coincido con él. “Soy más raro que el paraíso”, yo creo que justamente es así, como el paraíso, una puta mentira, un invento…que nadie ha comprobado que existe…porque hasta donde la humanidad sabe, más que la historia aquella de Adán y Eva que nos cuenta la fantasiosa, pero cuestionada biblia, nadie ha pisado jamás el paraíso.
Pero heme aquí…aguantando esos piquetitos en el corazón adormecido, apendejado. De todos modos, yo sigo siendo la misma mujer, inteligente, exitosa, libre y guapa que como dice Mariangel de historias furtivas “está plagada la vida de una mujer que se ha cansado de buscar con poco éxito, mucho cansancio el pañuelo de tela que bordado con su nombre retenga tanto los estornudos, como los mocos y las lágrimas además de todas las humedades”.
Aunque no puedo negar que este fragmento de vida me ha dejado algo…He cerrado bajo llave esas ilusiones de cuento rosa que me hacen perder mi locura jajajaa y que me hicieron acongojarme por un pañuelo cuyo destino iba a ser el cesto de la basura…Total! Prefiero mi locura y mi vida tan llena de intermitencias.
Lo que también es verdad y que le debo, es que me gustó, porque aunque se supone que ya lo sabemos, que es pasajero (sólo se supone) que es una dolencia ante la que deberíamos estar más que vacunados. Como esa gripe galopante a la que toreamos con frenilefina de farmacia similar. Pero lo cierto no hay ungüento ni sedante ante el apocalipsis que hacemos cuando se asoma la primera lágrima.
Lo chistoso, es que cada vez que lloramos juramos que es la última y arden todos los fuegos de Mordor y parece que la paz en la Comarca va a ser calcinada y no importa que sepamos que es pasajero, porque lo sabemos…siempre es necesario apagar ese fuego.
Y al terminar queda otra vez la promesa a uno mismo “Ahora sí he aprendido la lección”. En fin…así fue..una vez más.

5 comments:

Unknown said...

y además, no puedes negar que a costillas del sujeto nos reimos mucho tu y yo...que la herida sane pronto.

Parvula Papilio said...

Cuál herida?

Parvula Papilio said...

jajajajajajaajajajajaajaja

Parvula Papilio said...

No estoy lista para heridas!

Mariangel said...

Lo más loco es que siempre tratamos de apagar ese último fuego con lágrimas...será que siempre estamos ardiendo y nuestro llanto sólo son pequeños intentos cotidianos de apagarnos, porque siempre estamos tan vidas?